miércoles, 24 de septiembre de 2008

REJILLAS SOBRE DEWEY

LA ESCUELA DEWEY
La escuela Dewey tomó como punto de partida, no las actividades futuras del adulto en las que pensaba que participaría el niño, sino las actividades comunes en las que estaba inmediatamente comprometido. El fin de la educación no era extraerlo de acuerdo con algún modelo, sino más bien ayudarlo a resolver los problemas suscitados por los contactos habituales con los ambientes físico y social. Dewey tenía especial interés en que la escuela fuese una prolongación simplificada y ordenada de dichas situaciones sociales.

Para lograr este objeto, la “escuela Dewey” concebía el programa como un instrumento que ayudaría al niño a realizar todos los proyectos que éste, podía haber formulado con el fin de comprobar el resultado de sus presentes actividades.

Dewey fundaba el programa de los primeros años en las necesidades del niño, como el alimento, el albergue y el vestido. Sin embargo, Dewey consideraba la lectura y la escritura como puros instrumentos. Publicó su Cómo pensamos, que establece con mayor precisión lo que se conoce con el nombre del “método del problema” en la enseñanza, siendo considerado un medio para realizar los fines de la vida ordinaria. En la última década del siglo XIX llegó a pretender que el defecto más grave de los métodos consistía en el divorcio entre el saber y la aplicación. Consideraba que la esencia de la instrucción consistía en conservar en el espíritu la relación entre los fines y los medios. La importancia que se le daba en la escuela al tejido, la cocina, carpintería y costura se debía al estrecho lazo de procurar alimento y albergue y vestido.

La atmósfera que se vivía en la escuela de Dewey era todo distinta a la de una escuela tradicional. 10 años más tarde escribió Democracia y Educación . Aprovechando las ocasiones de dividir el trabajo se desarrollaba en el niño el sentimiento de una cooperación mutua y el sentimiento de trabajar de un modo positivo por la comunidad. El orden se manifestaba no a partir de un dictado, sino a partir del respeto del niño por el trabajo que realizaba.



ORIGEN DE LA TEORIA
Antes de emprender la exposición sistemática de su filosofía de la educación debemos señalar que son tres los factores que la motivan. Primeramente la democracia, puesto que incorporó el término en el título de su obra pedagógica más importante, Democracia y educación. En segundo lugar podemos citar la revolución industrial, puesto que nadie había iniciado la reforma de la filosofía de la educación que dicha revolución reclamaba. Finalmente hay que referirse a la influencia de la ciencia moderna en el pensamiento pedagógico de Dewey, una parte de esa influencia se relaciona con el papel de la ciencia como origen de la Revolución Industrial. Otra se enlaza con una ciencia en particular y una teoría de esa ciencia, la evolución. Y otra parte importantísima se relaciona con el análisis del método científico, que desempeña un papel de primer plano en el pragmatismo de Dewey.


ORIENTACION FILOSOFICA GENERAL
Si hay en esta orientación, un concepto único y central es: “la experiencia”. Los títulos de sus tres obras lo contienen: La experiencia y la naturaleza, El arte como experiencia y Experiencia y educación. Para Dewey la experiencia tiene un doble aspecto. Consiste, por una parte en ensayar, por otra en experimentar. Una persona intenta hacer una cosa y dicha tentativa altera las circunstancias; tiene consecuencias. Y esa persona sufre o experimenta las consecuencias. La experiencia en su conjunto de acciones y de pruebas, es la clave que hace comprender la naturaleza de la realidad.

Puede decirse que Dewey tenía una visión experimental de la experiencia, comprendía para él, tanto la prueba como el conocimiento. Además está claro, que las dos dimensiones de la experiencia -hacer y experimentar- son igualmente los factores esenciales del método científico. En dicho método se forma una hipótesis de la solución del problema y luego se ensaya para ver qué sucede. Para Dewey la verdad o el valor de una experiencia dependen de la relación observada entre lo que se ensaya y su resultado. Modificar los ensayos futuros a la luz de los resultados anteriores es una actividad significativa e inteligente. Después el papel de la inteligencia es instrumental. Mediante la previsión de las consecuencias, la inteligencia hace al hombre capaz de enlazar las dos fases de la experiencia, el hacer y el experimentar.

Según Dewey la experiencia bajo su doble aspecto no conduce nunca a verdades y a valores absolutos y definitivos. Ensayar y comprender una acción es siempre una invasión hacia el futuro. Como después la experiencia no es nunca definitiva, el hombre está destinado a reconstruirla de continuo y a la luz de la experiencia futura.

FINES DE LA EDUCACION
En lo que se refiere a nuestro filósofo los enlazaba de modo inmediato con la previsión de las consecuencias de que pueden esperarse de tal o cual actividad del niño. El primer criterio según él, para establecer una meta válida de la educación, es que debe nacer de las actividades actuales. Por una parte si el niño aprende a anticipar con la imaginación los resultados probables de lo que está haciendo o de lo que va a hacer, tendrá en cierta medida, libertad para elegir y examinar el desarrollo futuro de los acontecimientos. Por otra parte, después de su elección, tendrá un medio de apreciar si las circunstancias ambientales van a favorecer o entorpecer el proyecto rígido. El segundo criterio establecido por Dewey para una meta educativa válida, es que debe ser flexible. Puesto que los fines anticipan el futuro y el futuro se halla rodeado de incertidumbre, conviene que el que aprende plantee sus metas como simples tentativas. En cuanto las hace pasar a la acción, puede experimentar consecuencias que había descuidado o que no pudo prever.
La escuela tradicional, impone fines rígidos, sin considerar las necesidades de los niños. Según Dewey la empresa educativa debe ser autónoma, porque la educación misma es un proceso de descubrimiento por el cual se encuentran los fines a los que vale la pena tomar como objetivos.
Si los fines educativos se originan en las actividades de la vida, serán tantos y tan variados como la vida misma.

En un universo de evolución constante, el desarrollo debe tener un fin dinámico y no estático.
Puesto que el desarrollo es crecimiento, Dewey no podía pensar en otro fin que éste para sus niños que estaban creciendo. De igual manera el único apropiado a la educación era más educación. Así, el fin y el proceso de la educación pasaba a ser una sola y misma cosa. La experiencia educativa es una reconstrucción constante de lo que el niño hace, a la luz de las experiencias que sufre. Esta revisión constante del proceso de la educación es lo que la hace progresiva; y es ella lo que ha situado a Dewey a la cabeza del movimiento de la educación progresiva.
Bibliografía
Chateau, Jean
Los Grandes Pedagogos.
Ed. Trillas.

2 comentarios:

nashsurf dijo...

KE ONDA PROFE AKA ANDAMOS YA SALE SALUDOS AKA DEL NASH
SALE

CHAO

Anónimo dijo...

^^